A fines del siglo XIX, con la llegada del liberalismo al poder en el régimen de Eloy Alfaro, constitucionalmente en 1897 está establecido a la enseñanza como una instrucción pública, gratuita, forzosa hasta la primaria y LAICA. Este último inicio no genero un efecto inmediato en el territorio, puesto que los religiosos seguían manteniendo la educación y en lo laico estaba inmersa la creencia católica y sus modelos de aprendizajes, empero en la primera década del siguiente siglo, con la constitución de 1907, está establecido la división en medio de las tareas que le corresponden al Estado y el templo, allí, se comienza a crear de forma desordenada un nuevo proceso educativo que poseía como inicio al entendimiento de manera utilitaria. El Régimen de Alfaro para ordenar un modelo efectivo y que no se vea amenazado por las prácticas religiosas, crea los típicos en Quito y Guayaquil para conformar profesores que impartan una enseñanza laica.
Desde el lapso liberal, los gobiernos subsiguientes se preocuparon bastante más de la organización y fortalecimiento estatal en materia legal y económica, despreocupando nuevamente el proceso educativo, un proceso que en bastante más de 100 años no llegaba a consolidar una estrategia de concreción, que se notaba no solo reformado, sino cambiado de raíz por caudillos que imponían su "doctrina" en todos las construcciones del Estado con el objeto de conservar el poder y no ver amenazado su plan, en algunas ocasiones doctrinales, sin embargo casi constantemente personalistas.
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